El arte moderno en México empezó en el año 1910 y tuvo fin en el año 1950.
El movimiento armado revolucionario de 1910 significó un parteaguas definitivo en la esfera de la continuidad del régimen gobernante anterior; pero en el campo del pensamiento plástico, muchas ideas que fructificaron después de 1920 fueron incluso generadas desde la conciencia de una generación formada en el porfiriato. Fue así que 1910 no fue un punto de quiebre en el desarrollo del arte moderno en México.
P I N T U R A
Antes que nada, la cultura del porfiriato no fue más o menos afrancesada que la de cualquier otra nación del mundo occidental que a principios de siglo se preciara de ser civilizada. París era el centro irradiador de la literatura, el arte y de varias formas de pensamiento moderno, por ende era comprensible la incidencia de Francia en la concepción cultural de diversas naciones, entre ellas México. La cuestión de concebir entonces a Porfirio Díaz como un villano y ver “europeizada” la vida cultural mexicana en términos del desarrollo del arte moderno mexicano es injustificada. La mentalidad de los actores principales del cambio generacional a principios del siglo XX, tanto artistas como promotores del arte, fue formada durante el porfiriato.
Aunque el muralismo mexicano surgió en la Revolución Mexicana, no es hasta la década de los años 20 que comienza a ser percibido como un arte. Es en esta época cuando se realizaría una de sus principales obras, los murales de la Secretaría Nacional. De este modo se inicia un periodo de gran apogeo que convertiría al movimiento muralista mexicano en fuente de inspiración y modelo artístico a nivel internacional. De este modo, en la actualidad se pueden apreciar obras en países como Perú, Colombia, Venezuela.. entre otros.
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